Ronaldo dobla otra vez la rodilla

Ahora que la carrera de Ronaldo parece que toca a su fin, resulta que el único equipo donde verdaderamente dejó constancia de ser un superclase es el Barça, que además cobró religiosamente los 4.000 millones de su cláusula (de los de hace once años). El tiempo ha dado la razón al presidente Josep Lluís Núñez, que no pudo retenerlo ante la codicia de sus agentes y del propio jugador. "¿Qué pensó cuándo vio que no había forma de retener a Ronaldo?", pregunté a aquel prócer del barcelonismo: "Que se me había aparecido la Virgen", respondió sin vacilar (ni bacilarme). También el tiempo ha dado la razón al entrenador Louis van Gaal, que se opuso a su vuelta al Barça -¡Gaspart lo quería cedido para evitar que fuera al Madrid!- cuando el brasileño ya pensaba más en el golf y en las farras que en el fútbol. Ambos, Núñez y Van Gaal, antepusieron los intereses del club a tomar decisiones de cara a la galería, aún a riesgo de sufrir un linchamiento, estimulado en ambos casos por el grupo opositor que lideraba el hoy presidente azulgrana.

Positifo: que, como mínimo, el Barça estará arropado en La Romareda por un millar de simpatizantes, lo que demuestra que lo que falla no es la afición.

Nejatifo: que el Barça despida a Dusko Ivanovic por unas manifestaciones, en definitiva por imponer la censura en el club, y no por los pésimos resultados, lo que indica bien a las claras cuáles son los criterios y los intereses con que Laporta está dirigiendo el Barça.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!