Me quedo con todo

Dice mi amigo y admirado Martí Perarnau que Frank Rijkaard optó en Stuttgart por una alineación política, lo que derivó en un Barça muy distinto al que nos había deleitado en los últimos partidos. Estoy de acuerdo con él pero creo que, dadas las circunstancias, pocos reparos pueden ponérsele en esta ocasión al técnico azulgrana. Difícilmente encontraremos un equipo grande –Madrid, Manchester, Milan, Inter, Liverpool…- en que el técnico no haga las alineaciones con suma diplomacia. ¿Qué son las rotaciones sino un intento de tener a todo el mundo contento? Y digo intento, porque lo que se consigue normalmente es no contentar a nadie. Y menos a nosotros: el famoso entorno. A mi, que no presido el club de fans de Iniesta, fue como si me pegaran una puñalada ver que al chaval lo sacaban del sitio donde ha dinamizado todo el ataque del Barça para ponerlo a hacer de Yayá Touré. Pero si un día el entrenador del Barça tenía disculpa, era ayer. ¿Cómo? ¿No decía usted que Ronaldinho debía ponerse a la cola? Sí, lo decía y yo habría obrado de ese modo. Pero yo no soy Rijkaard y está claro que él no sigue los mandatos de este blog. Lo dijo ayer en La Vanguardia: “En el momento de tomar las decisiones, estoy solo”. Como debe ser pues, si Rijkaard tuviera que hacer caso a todo el mundo, se volvería loco. Incluso se volvería loco si sólo tuviera que hacernos caso a Martí Perarnau y a un servidor.

Positifo: el resultado del Barça en Stuttgart y el buen juego de la segunda parte. De nuevo, como viene sucediendo (Lyon, Sevilla, Zaragoza…), el equipo sigue una línea ascendente en los partidos que hace que los termine casi en fanfarria. ¡Si Bojan llega a meter el 0-3…!

Nejatifo: las lesiones musculares, tan simultáneas y en toda la zona del bloque defensivo (Zambrotta, Touré, Milito, Márquez, Puyol…), que crean alarma en el barcelonismo y para las que el club tiene que ofrecer una explicación tranquilizadora.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca !