El purgatorio blanco

Ganas una liga y echas al entrenador porque lo que tu querías era jugar como tu principal enemigo, y nadie, ni tus propios seguidores, te reconocen como campeón. Eso es lo que le sucede ahora al Madrid: han derrochado en fichajes como los de Pepe (30 kilos) y Robben (36), no porque sean mejores que Emerson y Beckham (que además no lo son) sino porque con esos y otros fichajes (Dudek, Drenthe, Saviola, Metzelder, Sneijder...), amén del cambio de entrenador, esperan jugar como el Barça. Esa frustración es tremenda. Tanto, que lleva al presidente a emprender campañas como la de "Ven al Bernabeu a disfrutar", publicidad engañosa, imposible de cumplir. Las parihuelas arbitrales pueden asistir al enfermo en partidos como el del Almería o en el primer gol ante el Recre (pase de Raúl en fuera de juego, etcétera). Pero a un público que ya no se conforma con ganar ligas de chiripa y por la desidia del campeón, ¿quién le va a seguir engañando aunque sea con mentiras piadosas, y por cuánto tiempo? Le dicen que el fútbol verdadero es el que juegan las estrellas de su equipo pero, por más que encumbren a esos falsos ídolos, la realidad se obstina en mostrarles semana a semana lo que sabe hacer Messi y los goles de Henry y, para colmo, hasta la Roja empieza a funcionar cuando la mueve el talento de los Xavi, Iniesta y Cesc Fàbregas. Un factor más de frustración, porque dos de esos jugadores (Iniesta y Cesc), son objeto de un deseo confesado por el propio presidente madridista. ¡Qué frustración tan grande que hasta la Holanda que ahora abastece de jugadores al coliseo blanco de La Castellana, va y pierde en Bucarest!. Pero...¿qué han hecho esta gente para merecer esto?

Positifo: que al Bastia (Segunda francesa), le han quitado un punto por insultos racistas a un jugador rival de Burkina Faso.

Nejatifo: el penoso espectáculo que ofrecieron las estrellas de Brasil en Colombia, con tres almas en pena (Kaká, Ronaldinho y Robinho), sin fuelle, ganas ni inspiración. Fue un suplicio aguantar semejante tostón hasta casi las dos de la madrugada, encima para no ver ganar a Colombia, que lo mereció sobradamente.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!