¡Qué triste es pedir pero...!

Si el domingo el Madrid, el nuevo Real Madrid de los tulipanes y Schuster, nos metía razonablemente el miedo en el cuerpo -súbito y justificado ataque de madriditis, un mal endémico en el barcelonismo-, ayer quien me los puso por corbata es el Sevilla. ¡Pedazo de equipo, para ganar 1-4 en el infierno de Atenas!. Sin Kanouté, sin Adriano, sin Renato, sin Javi Navarro…Si hubiera balón de oro para los directores deportivos, Monchi llevaría ya cuatro seguidos: ¿Visteis a Keita? Parecía imposible superar a Poulsen y el malí lo está consiguiendo. ¿De Mul? Ya me encantaba en el Ajax, ya le veía porvenir: ahora es una realidad. Lo mismo que Diego Capel, un Messi a la andaluza, una versión mejorada de Reyes y hasta de Jesús Navas. ¿Y Kerzhakov? Golazo y cañonazo al larguero. Por no hablar de Luis Fabiano, un descarte de Sandro Rossell pero que tiene un promedio goleador nada desdeñable: ayer metió uno a lo Ronaldinho (de penalti que lo era) y otro en un precioso remate de cabeza. Para no hablar del sistema Juande Ramos, que sigue funcionando, de la gran adaptación de Dragutinovic como lateral izquierdo, de la sólida pareja central Fazio-Escudé, o del banquillo de suplentes, con los Maresca, Martí, Duda, Aruna Koné…¿Y Alves? Lo enchufadísimo que estaba el tío pese a la marranada que le ha hecho Del Nido…En fin, que si queremos ganar la Liga vamos a tener que pelearla. Y si además del Madrid y el Sevilla, que en estos momentos nos pasan la mano por la cara, surge algún tapado y si el ínclito Platini reduce a tres las plazas para La Champions, podemos tener purubelemes. Y deberemos ponernos las pilas en la Juancarling Cup, por si necesitamos entrar en la Champions con billete de segunda.
¿Exagero? Cuando ves esas exhibiciones de tus rivales y la tuya ante el Athletic…Un Athletic ante el que nos tuvo que asistir la suerte de los campeones en el primer gol (piscinazo de Ronaldinho ante Iraola); en el segundo (patada de Henry a la cabeza de Gorka, se le perdona la amarilla o roja a Henry y se pita penalty), y en el tercero (a lo Liverpool contra el Chelsea, gol en un balón que no traspasa la raya). Si con todo ello damos botes de alegría, nos conformamos con para la mano a lo que el árbitros nos quiera dar, y cerramos los ojos cuando juegan nuestros rivales, no nos quejemos el día en que al Camp Nou le abandone el auxilio espiritual del Megía Dávila de turno.

Positifo: que Eto'o ya ha salido de la clínica y ya faltan tres días menos para que vuelva al equipo, que necesita de su capacidad de abrelatas, de sus goles que no crean polémica sino admiración y de sus deportivos mano-a-mano con los porteros, sin arrastrar el pie para pegarles una patada en la boca para luego revolcarse fingiendo un daño y dolor inexistentes.

Nejatifo: la compasión que suscita Rivaldo, arrastrándose por el campo y malgastando un prestigio merecido. Y está tardando en prejubilarse en los Emiratos.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!