Paren el mundo que juega Messi

La Copa América, que hace dos semanas era para la mayoría de nosotros una competición de nula trascendencia, ha adquirido un interés creciente por las excelentes actuaciones de Messi. La globalización nos empuja a tomar partido, a elegir candidato y a volcar nuestras simpatías con uno de los dos contendientes aunque, en realidad, ese tipo de posicionamientos en el fútbol es muy anterior a que en el mundo se empezara a hablar de globalización, pues todos tenemos –al margen de nuestro equipo de cabecera- otros que sentimos como propios. Y ese fenómeno se agudiza más en materia de selecciones para los catalanes, que somos unos apátridas de selección, puesto que mayoritariamente no nos identificamos con la española y desde pequeñitos hemos tenido nuestras “banderas de conveniencia”. Mis selecciones siempre han sido Holanda y Argentina, y la verdad es que en la final de 1978, que tuve la dicha de presenciar en directo en el Monumental de River, tenía el corazón dividido. Hoy no lo tendré: hoy soy argentino por los cuatro costados. Pero no sólo por las razones interesadas por las que algunos medios presentan el partido Argentina-Brasil como un derbi español, con Messi y Milito por un lado, Robinho-Baptista por el otro. Y también me importa un pimiento si Dunga es un sacrílego que se ha propuesto liquidar o jogo bonito y Coco Basile vuelve a las esencias valdanistas y maradonianas. Todo eso me trae sin cuidado: aunque Brasil contara con Kaká y Ronaldinho y fuera la octava maravilla, mi selección seguiría siendo Argentina. El conflicto lo tienen muchos barcelonistas, que hasta hoy eran más fans de Brasil que Carlinhos Brown…¿con quién vais a ir esta noche…?


Positifo: que el Chelsea ha debutado en la gira americana con un 1-2 (Malouda y Terry) ante el América, despotenciado porque sus mejores jugadores están en la Copa ídem. Mourinho ha presentado dos casi totalmente distintos. Primer tiempo: Cech; G Johnson, Ben-Haim, Terry (c), Cork; Sidwell, Makelele, Lampard; J Cole, Shevchenko, Robben. Segundo tiempo: Cudicini; G Johnson (Sinclair 74), Carvalho, Terry (c), Hutchinson; Wright-Phillips, Diarra, Essien; Kalou, Drogba, Malouda.

Nejatifo: el recombolesco pase de Fabián Ayala al Zaragoza, después de haber dejado de forma traumática el Valencia para fichar por el Villarreal. Los seis millones de euros que el Submarino amarillo cobrará por un jugador que no ha defendido nunca su camiseta, invita a la reflexión sobre el mercantilismo del fútbol, el papel de los clubs-intermediarios y el descarado carácter mercenario de muchos jugadores.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!