¡Que aprendamos!

Obtener la cesión de Edgar Davis, cuando el pitbull estaba marginado en el Juventus, arrancó del presidente Joan Laporta el grito "¡Que n'aprenguin!". Ese "que aprendan" los demás a hacer las cosas, delataba una soberbia fuera de límites en alguien acabado de aterrizar al intrincado mundo del fútbol. Era, a la vez, la declaración más rotunda de lo que después nos ha llevado a algún que otro desengaño: la autocomplacencia. Ahora que hemos caído en la vulgaridad chelsiana de fichar sólo a golpe de talonario, me pregunto yo si no tendríamos mucho que aprender de cómo hacen las cosas en Sevilla, con fichajes muy baratos y ventas millonarias (Marchena, Sergio Ramos, Baptista, Reyes...), o del Lyon, que se codea con los grandes, lleva seis años ganando la Liga (francesa, por supuesto), y se ha hecho de oro traspasando a Essien, Edmilson, Diarra, Abidal y otros. Pero quizá el caso más llamativo, y a la vez más próximo, nos lo ofrece el Villarreal, que ya hizo un suculento negocio con Pepe Reina, metido como torna en el fichaje de Belletti, y traspasado luego al Liverpool por 12 millones de euros. A Rosell le levantaron la camisa con ese negocio, pero el mismísimo Alex Ferguson, el lince por excelencia del fútbol europeo, se debe tirar de los pelos hoy, al ver que Diego Forlán ha sido traspasado del Villarreal al Atlético por 21 millones de euros, cuando él lo dejó salir de Old Trafford por la séptima parte de esa cifra. Aún nos queda mucho por aprender.

Positifo: un positifo con cierta tristeza, que Fernando Torres vaya al Liverpool (¡por casi 35 millones de euros!), fichaje que va a ser la tumba de Rafa Benítez en el fútbol inglés. Las simulaciones de ariete colchonero, sus piscinazos y teatro, harán que le piten sus propios hinchas de Anfield. Al tiempo.

Nejatifo: la salida por la puerta falsa del Barça de Guillem Amor y de Rodrigo de la Fuente, sin ruedas de prensa, finiquitados con una fría nota, de un modo vergonzante. ¡Qué mal estilo para un club que siempre ha reclamado el señorío como manera de hacer las cosas!. También ahí álguien nos podría aplicar el "¡Que n'aprenguin!"

¡Bona tarda, bona sort i bon viatge a Ítaca!