Frankamente penoso

Insisto: patética la perorata de nuestro entrenador tras el espectáculo de su equipo ganando de forma angustiosa al Getafe. Su gesto y bien ganada fama de buena persona no le confiere ningún derecho a descalificar el fútbol de un colega ante el que debería sacarse el sombrero pues si el Getafe no fuera un dechado de fair play, Leo Messi nunca habría anotado ese golazo que le equipara a Maradona. Devolver mal por bien es impropio de buenos deportistas. Pero, lo que supera el cinismo y raya la desvergüenza, es querer dar lecciones sobre lo que es fútbol y qué no lo es a un colega que con un equipo de barriada te acaba de golear, te ha levantado una eliminatoria imposible y te ha privado de culminar la temporada con un doblete. Que Rijkaard escupa sobre Schuster por resentimiento, es hasta cierto punto humano. Que nosotros nos veamos arrastrados a aplaudir esa conducta por complicidad o simpatía y que convirtamos a San Bernardo en una nueva versión de Mourinho, me parece hasta cierto punto inhumano. Pronto no va a caber nadie más en nuestra nómina de personajes odiados.

Positifo: la gran temporada que ha realizado Gabri con el Ajax, y el formidable revulsivo que ha supuesto para el equipo de Ten Cate la llegada en enero de Edgar Davids. El contrapunto es que la víctima de ese gran final de temporada del Ajax ha sido el AZ de Van Gaal, finalista de todo y campeón de nada.

Nejatifo: la increíble actuación en el Celta-Betis de un árbitro madrileño. Que sea malo no lo acepto como disculpa, pues me resulta imposible no ver intencionalidad en una actuación tan parcial en contra de un equipo y a favor del otro. Y me cuesta decirlo porque soy el primer en desear que el Celta de Hristo Stoichkov se salve. Pero no de ese modo.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!