Fair play, ¿qué fair play?

En efecto, la idea de que el Espanyol sea invitado a disputar la próxima Copa de la UEFA, la lancé yo. Creo que el campeón debe defender su título y, si éste compite en otro torneo superior (como seguramente sucederá con el Sevilla), su plaza debe ocuparla el subcampeón. Lo dije en caliente y en RAC1, a la media hora de que Palop parase el tercer penalti. Me encanta lanzar ideas: he escrito en mis columnas de Mundo Deportivo propuestas para que la asamblea del Barça no sea una siesta colectiva: el compromisari lliure y la retirada de la condición de tal al que falte injustificadamente a la asamblea y no ceda su sitio a otro socio; el que las tribunas y gradas del estadio lleven nombres de figuras señeras del club; que el Nàstic sea el año próximo el filial-fraternal del Barça en Segunda...y otras que sería prolijo enumerar. No sé: tengo ideas y comprendo que ello me convierte en un tipo raro. Noto que a veces la gente me mira por la calle. Será por eso. Pero, cuando dije y razoné lo del Espanyol, jamás se me habría ocurrido alegar, como razón, el fair play de los pericos. ¿Fair play si aún discuten la legitimidad del triunfo sevillista? Menos mal que, como sucede con el vampirismo de las ideas, nadie -salvo mis colegas de RAC1, donde le dimos forma- me atribuye la paternidad de esa idea. Si el Espanyol va a la UEFA en condición de subcampeón, será gracias a mi. Si va por el fair play, será una cacicada de la que no me hago responsable.

Positifo: que hable Ronaldinho aunque sea, como decimos los catalanes, a mises dites, o sea a buena hora.

Nejatifo: que las palabras de Ronaldinho revelan el pasotismo, la falta de compromiso y la escasa profesionalidad que se respira en el vestuario azulgrana.

¡Bona tarda, bona sort i bon viatge a Ítaca!