El Espanyol debe salir a ganar.

Comprendo que haya jugadores del Espanyol que todavía se sublevan al recordar los gritos “¡A Segunda, a Segunda!” con que el equipo españolista fue recibido la temporada pasada. La situación perica era sumamente angustiosa y los gritos de sus anfitriones no hacían sino subrayarla: en efecto, el Espanyol, en esa penúltima jornada del campeonato, estaba metido en posición de descendo. Una semana más tarde, un providencial gol de Coromina en el minuto 91, salvó la categoría cuando Montjuïc era ya un cementerio deportivo. Ahora, en circunstancias diferentes pero también en la penúltima jornada, el Espanyol visitará el Camp Nou. Me gustan las palabras de Luis García, asegurando que no ha olvidado aquellos gritos denigrantes de hace un año. Me gusta que quiera tomarse una satisfacción deportiva por aquéllo, ahora que su equipo ya no se va a jugar otra cosa más que la honra, el desquite, la posibilidad de fastidiar al rival. Nosotros, que somos tan intransigentes con nuestros rivales, que somos más revanchistas que la madre que nos parió, que perdonamos pero no olvidamos jamás, deberíamos ser los primeros en comprender que eso es fútbol, eso es deporte de competición. Y que Luis García y sus compañeros, empezando por Jarque, que el año pasado abrió el marcador con un autogol, tienen todo el derecho a sentirse ofendidos: aquellos polvos trajeron estos lodos. Y, si nos chafan la guitarra, también tenemos la receta bien aprendida: metemos al Txingurri Valverde en el mismo saco de indeseables junto con Mourinho y Schuster, y nos quedamos tan anchos.

Positifo: que a Makukula sólo le hayan metido un partido, si bien me parece injusto que el Comité de Competición no haya apreciado la atenuante de provocación previa por parte del jugador del Atlético que lo derribó en falta. Ello nos permitirá presenciar el apasionante duelo Makukula-Ronaldinho en la última jornada del campeonato.

Nejatifo: la falta de espíritu autocrítico que se ha instalado en el Barça, que lleva a la directiva alo delirio de considerar positiva la temporada de los equipos filiales.

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!