Para la liga vamos bien

La verdad es que cuando Víctor Valdés ha cometido penalti me temía lo peor: “Ya está, el árbitro actuará influído por las presiones de Madrid, aplicará el reglamento, nos dejará con diez, saldrá Jorquera i, hala, 0-1”. Naturalmente, con un equipo tan falto de carácter como el nuestro, si se llega a dar esa situación, palmamos seguro. Lo cual no quiere decir que no vayamos a ser campeones de Liga igualmente, porque sólo hace falta ver el panorama de nuestros más directos rivales. Todos son unos llorones: Quique (Valencia), salió llorando de San Mamés hace una semana; Capello (Madrid) se va llorando del Sardinero, y Juande Ramos (Sevilla), bueno, este lleva llorando toda la temporada. Que tomen ejemplo de nosotros, que no lloramos. Será que no nos quedan lágrimas de tanto llorar en el pasado. Perder esta tarde ante el Mallorca (yo daba un empate), habría entrado dentro de la lógica de un equipo que llega al final de temporada sumido en una gran crisis de juego, de identidad, de personalidad y de convicción. ¿También de compromiso individual y colectivo? Hombre, a mi me lo parece. Me basta con ver cómo se pone en marcha el rodillo del Chelsea en cuanto las cosas se le tuercen -¡y vaya temporadita de lesiones y contratiempos la de mi amigo Mourinho!- para darme cuenta de qué es deportista profesional y que es un vivalavirgen. Si, ya sé que estos del Barça no tienen el hambre de títulos que tenían porque ahora son todos millonarios y coleccionan balones de oro y fifas wol player. Ese cuento me lo creeré el día que vea que Michael Ballack, Tiger Woods, Roger Federer o Fernando Alonso salen a competir desganados.

Positifo: que los dioses del fútbol van a ser una vez más generosos con quienes les rendimos culto y nos han regalado con un Chelsea-Manchester Utd. Como final de la FA Cup, sólo cuatro días antes de la final de la Copa de Europa en la que uno de ellos (o ambos o ninguno), puede estar presente.

Nejatifo: la estafa de La Sexta, que anunciaba hoy en directo el Blackburn Rovers-Chelsea y han ido dando conexiones de un minuto o menos, metidas en una especie de carrusel infumable de la liga española. Las asociaciones de consumidores y la cadena que les vendió los derechos deberían pedir daños y perjuicios por este atropello a los incautos como yo.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!