Madrid nos mata

Los catalanes tenemos la idea de que los españoles se pasan el día imaginando el modo de fastidiarnos. Utilizando palabras de Fernandito Hierro dirigidas a un árbitro, podríamos decir que “no saben como jodernos”. ¿Qué sería de los españoles sin nosotros? ¿a quién joderían con tanta fruición? ¿a Portugal? ¿a Marruecos? ¿A las islas Chafarinas…? ¿Perejil, acaso? Lo digo porque nos joden a todos los niveles: en el político (pues quieren poner cortapisas a nuestro Estatut); en el financiero (pues nos corren a OPAs); en el televisivo (parece que Telemadrid quiere ganar audiencia a costa nuestra), y en el deportivo (pues se inventan lo del villarato para desvirtuar nuestros méritos).
¿Qué quereis que os diga? Que tienen razón en muchas cosas. La primera, que no somos el eje del mundo: ni lo somos para España ni para el resto del mundo global. ¡Hasta en China sigue siendo más popular Beckham que Ronaldinho! ¡Y lo que nos jodieron los premios a un retirado, Zidane, que de inmediato consideramos un menosprecio a los nuestros!.
Yo, la verdad, todo lo que ha sucedido con Turienzo en Santander (un expolio digno de ser retratado por El Greco), me ratifica en nuestra madriditis aguda e incurable. En vez de hablar de nuestro liderato y de ser felices, no hay telediario, tertulia, artículo, portada o editorial, en la que el tema no sea lo del Sardinero y sus secuelas. Y, permitidme la petulancia, ahí sí que les pasamos la mano por la cara a los madridistas, incluído el entorno mediático, pues a expertos en el tema arbitral, nadie nos iguala: nos hemos pasado la vida imaginando manos negras, utilizamos un pie de rey para medir fueras de juego y agrandamos y achicamos el área a conveniencia, según donde se haya caído nuestro delantero. Lo dicho: ¡No saben cómo jodernos!.
La verdad, creo que somos insaciables. ¿Que lo del Madrid en Santander fue un robo? ¡Pues claro que sí, hombre! ¿Qué lo de Víctor Valdés fue un regalo? ¡Naturalmente! ¿Qué al Valencia le guindaron en Bilbao? Nadie lo duda…no está reñida la decencia con admitir que un día nos ayudan y otro nos perjudican. Con lo que no podemos vivir es con esta hipocresía y esta mala conciencia, como si Turienzo fuera nuestro brazo ejecutor, como si fuéramos sus cómplices. ¡No hombre, no! Turienzo es un mentecato que le robó el partido al Madrid (con la complicidad de un Capello cobarde), pero admitamos que esta vez, como hemos hecho nosotros históricamente (yo tengo los huevos pelados de ello), los madridistas están en su perfecto derecho de poner el grito en el cielo.
Lo que no comprendo –bueno, sí que lo comprendo- es que nosotros llevemos más de 48 horas siendo su caja de resonancia.

Positifo: el discurso de Deco, en la presentación de su libro biográfico editado por Mundo Deportivo, valorando el carácter colectivo de sus éxitos y mostrándose agradecido con sus compañeros y con su pasado en el Oporto, donde destacó la labor del capitán (Jorge Costa) y del entrenador, un tal José Mourinho.

Nejatifo: que por fallar un remate a un metro y medio de la portería (pues lo estrelló en el poste, aunque estaba siendo objeto de un penalti), si bien tuvo la fortuna de que rebotó en un defensa contrario, se reproduzca la campaña de presión sobre Txiki para que renueve a un futbolista que no da la talla adecuada para cubrir las necesidades del Barça.

¡Bona nit, bona sort i visca el Barça!