Mourinho nos hace grandes

Que el mejor entrenador de los últimos años en la Premier League hiciera de becario en el Barça, es un detalle más de la grandeza de nuestro club, que deja una huella perenne en quien tiene la suerte de conocerlo por dentro, de sentirlo en su epidermis, de empaparse de su esencia. Todo eso lo han aprovechado no pocos técnicos, entre ellos ese gran José Mourinho, que ayer celebró su santo clasificando al Chelsea para las semifinales de la Copa Inglesa. Ganó en el difícil campo del Tottenham, 1-2, con una superioridad aplastante: Shevchenko, que sale a gol por partido, y Wright-Phillips, un petardillo a quien Mourinho hace crecer a base de confianza, pusieron el 0-2 en White Hart Lane. Luego, un discutible penalti de Ricardo Carvalho al excelente Dimitar Berbatov, dio emoción al partido hasta el final. Se trata de la victoria número 35 del Chelsea en esta temporada, que además le convierte en el único equipo europeo capacitado para ganar un trébol de cuatro hojas. Primero ganó al Arsenal, el subcampeón europeo, en una final que prestigió la Carling Cup. En la Liga de Campeones, ya sabemos: quedó por delante nuestro en el grupo de la muerte. Y en la Premier, sigue acosando al Manchester United, que también ha pasado a semifinales (1-0 al Middlesbrough), impulsado por un formidable Cristiano Ronaldo. Por todo eso, los éxitos de Mourinho son un poco nuestros, porque en todos los currículos suyos aparece en un lugar u otro su estancia en el Barça. Él se fue a triunfar, rebosante de conocimientos e ilusión y ávido de gloria. Otros se han quedado aquí, a ver pasar cadáveres de enemigos. A ver pasar algún día también el cadáver de Mourinho. El de estos últimos no es el barcelonismo que yo he mamado ni el que a mí me interesa. ¡Felicidades, José!


Positifo: que Txiki Begiristain coincida conmigo en que no hay que entrar a retocar, mejorar o ampliar el contrato de Ronaldinho, que termina en junio del 2010, es decir, dentro de tres años largos. Como para entonces llevará siete temporadas en el Barça, me parece una carrera más que suficiente y no siento la más mínima alarma ante las presiones para prolongarla, a tantos años vista.

Nejatifo: la pretensión del Sevilla de que la UEFA traslade la fecha del partido con el Tottenham, que se debe disputar en Jueves Santo. Implicar en el asunto al Ayuntamiento y al Gobierno Andaluz, sólo consigue aumentar la magnitud del ridículo. La razón esgrimida –“el respeto a la tradición de la Madrugá”- me remite a las semanas santas del franquismo, cuando se prohibía el cine y hasta las máquinas de música de los bares. Las tradiciones que chocan con la modernidad o no saben coexistir con ella, son puro y rancio anacronismo.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!