Metemos goles de mejor calidad

De los 17 goles que lleva marcados Ronaldinho esta temporada, sólo cinco –si no voy errado- son de jugada. Los otros son de penalti o de falta. No desmerezco los goles de esta guisa, tan reglamentarios como los otros, pero lo cierto es que no es lo mismo un goleador que el 100 % de sus goles los anota de jugada que otro que sólo marca el 25 % de esa naturaleza. Pondré un ejemplo en sentido contrario: de Andrei Shevchenko se dice que está fracasando en el Chelsea, donde ha macado ya 13 goles. Si lanzara las faltas y los penaltis (como hacía en el Milan), esa cifra fácilmente superaría los 20 roscos, lo que le convertiría en lo que siempre ha sido: uno de los mejores goleadores del mundo. Pero, como en su equipo actual hay otros dos grandes especialistas a balón parado (Lampard y Ballack), el ucranio se tiene que conformar con anotar sólo goles tan fenomenales como el que alojó el pasado lunes en la portería del Tottenham. ¿A dónde quiero ir a parar? Buena pregunta para la que no tengo una respuesta clara. ¡Ah, sí!. He leído que el Barça ha dejado de ser dependiente de los goles en “jugada de estrategia” o “a balón parado”, pues los 11 últimos se han anotado todos ellos “en jugada”, y algunos en jugadas fantásticas que ya empezábamos a añorar, como el tercero de Messi ante el Madrid, para mi la mejor combinación colectiva atacante que he visto esta temporada en el Camp Nou. Y ello, a mi, me llena de satisfacción; primero, porque son goles de mejor calidad; segundo, porque me evita tener que referirme a goles de autofalta y que nunca habríamos conseguido sin tener ese grandísimo lanzador llamado Ronaldinho, tocado por la Diosa Fortuna, a la que yo llamo familiarmente como la Suerte de los Campeones.

Positifo: que el Barça esté en el bombo de la Juancarling Cup con posibilidades de hacer el doblete. Me pido el Sevilla porque a doble partido le veo más fácil y, una vez superado el equipo andaluz, el Barça aumentaría aún más su condición de favorito.

Nejatifo: el papel de casi toda la opinión deportiva (en la que me incluyo), que cuando se produjo el reciente conflicto Rijkaard-Eto’o y la posterior diatriba del camerunés sobre Ronaldinho, se apresuró a asegurar que dicho conflicto terminaría con el traspaso de uno de los dos al final de temporada. ¿Quién mantiene a día de hoy, y con qué fundamentos, esa predicción?

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!