Solo nos quedará la liga

Si con el sorteo de la Copa del Rey nos dejaron sin la tercera opción (de los seis títulos con los que nos íbamos a poner morados esta temporada), el partido de ayer en Anfield, entre el Liverpool y el Chelsea (2-0), nos ha dejado sin la primera opción, la de reeditar la Copa de Europa. Quitaos de la cabeza esa ilusión, porque el Liverpool de Rafa Benítez nos va a triturar. ¿En qué me baso? En que si el Chelsea, que fue líder por delante del Barça en el Grupo de la Muerte, ha doblado el espinazo en Anfield, ¿qué no haremos nosotros, infelices? Sólo tenemos una tabla de salvación: llevar la eliminatoria resuelta desde el partido de ida. A ver si tenemos la suerte de los campeones, la misma que nos asistió el año pasado ante el Benfica (¡ocho fueras de juego que no eran!) y el Milan (¡autofalta de Puyol en el gol de Shevchenko!), porque de otro modo veo nuestro panorama de lo más chungo. Pero a lo mejor me equivoco, como me sucede en tantas ocasiones. Ojalá. Pero, por si esta vez no me equivoco, centrémonos en la Liga y para ello, demos buena cuenta hoy del Nàstic, un regalo que nos pone en bandeja el calendario para fortalecer nuestra siempre endeble autoestima.

Positifo: La transparencia y limpieza de las ligas inglesa, francesa y holandesa, donde los arbitrajes se limitan a aplicar el reglamento (aunque no estén a salvo de errores), a diferencia de lo que sucede en España, Italia y Alemania, donde los árbitros procuran (y suelen conseguir) que se imponga la lógica.

Nejatifo: la barbardidad perpetrada por la UEFA de excluir de una competición al Feyenoord por desmanes de sus supuestos hinchas, un predecente que obligará en lo sucesivo a echar de las competiciones a grandísimos equipos por culpa de cuatro desalmados, cuyo origen y objetivos no serán fáciles de determinar.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge de Ítaca!