Invitación al optimismo

Empieza a perfilarse el Barça del despegue. Lo decían los preparadores físicos, los técnicos y los propios jugadores: "Nos faltan quince días para alcanzar el mejor nivel". Y como eso lo empezaron a decir tras el plúmbeo partido ante el Nàstic, es de esperar que en una semanita, en Pamplona, podremos hacernos una idea de lo que nos ofrecerá este equipo el resto de la temporada. Por recuperar, el Barça ha recuperado también la suerte de los campeones, con el regalo de un penalti por el piscinazo de Gio que nos ha reportado el segundo gol. Una pena, porque el partido había tomado un rumbo unidireccional y, sin esa subvención que ahora empaña el triunfo, los tres puntos también se habrían quedado en casa. Estábamos provocando una ocasión tras otra gracias a la presión asfixiante sobre el área del Celta y los goles, en plural, se veían venir. Además de asegurar el control del partido con la alineación conjunta de Deco (hoy ha estado formidable), Xavi e Iniesta, lo que en la práctica supone un 4-4-2, Frank Rijkaard ha sabido meter a Giuly en el momento oportuno, y el gol del francés, más otro que le ha birlado Pinto con una gran parada, servirán para que "le pétit corse" se quite de encima los complejos. Si hasta Giuly crece, es que la cosa va en serio.

Positifo: que el equipo que hoy nos ha provocado tan buenas sensaciones contase con seis jugadores formados en la casa (Víctor Valdés, Puyol, Oleguer, Xavi, Iniesta y Motta) y otro heredado del pasado (Saviola).

Nejatifo: Las retransmisiones del fútbol en España, donde el partido pasa a un segundo plano y se priman los fantoches de los palcos, como el del Camp Nou, o el histrionismo de los entrenadores, como el del Betis.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!