¡Adiós, Madrid!

El Madrid siempre detrás nuestro, pero cuanto más cerca, mejor. Ahora, al ver que esta caricatura de equipo que ha desmontado Fabio Capello es incapaz de ponernos presión y de presentar batalla, no vayamos a relajarnos. El Madrid no es nuestro rival, es imposible que lo sea, y poner puntos de por medio entre ellos y nosotros sólo es cuestión de tiempo. Me recuerda al Barça post-Atenas: a Capello le ha entrado un frenesí de ángel exterminador, y el inepto Ramón Calderón mira complacido como se va liquidando la herencia de Florentino Pérez. El Madrid que intenta reconstruir Capello, sobre la base de Gago, Higuaín, Reyes, Robinho, Torres, Nieto y su abuelo, Van Nistelrooy, no sólo se ha descolgado de la Copa del Rey y de la Liga sino que en un mes estará fuera de todas las competiciones. Y no se trata de la expresión de un deseo, porque ya digo al comienzo (parafraseando al Gran Johan), que a nosotros no nos conviene un Madrid hecho una piltrafa. Me baso en el análisis de su plantilla actual, y en que los errores se pagan. Echar como apestados a Ronaldo y Beckham y ningunear a los brasileños, es un pecado de soberbia de los que te llevan directamente al purgatorio del fútbol. Y, ojo, que lo peor para ellos está por venir, pues cualquier día de estos reaparecen Raúl y Guti. Las jojoyas de la popoya.

Positifo: ver a jugadores como el danés Tomasson, ya veteranos pero que aprovechan una segunda oportunidad, lo mismo que a Savio (Real Sociedad) o nuestro conocido Larsson, que hoy ha sido titular con el Manchester United ante el Portsmouth y ha jugado como un chaval.

Nejatifo: la mala pata que parece perseguir a Lilian Thuram, que justo en el momento en que Frank Rijkaard cuenta con él para recomponer la defensa, vuelve a lesionarse, con lo que se ha perdido ya dos partidos consecutivos. Y hoy, encima, con el agravante de la baja de Márquez, por sanción.

¡Bona nit, bona sort i bon viatge a Ítaca!