Que no pasa nada, hombre

Rijkaard tampoco debió viajar a Valencia. Tenía que haberse quedado en Barcelona a esperar al Werder Bremen que ese partido sí que no tiene rectificación posible. Los dos puntos que nos hemos dejado en el patatal levantino los podemos recolectar en cualquier otro campo: aquí no ha pasado nada. Claro que me desconcertaron algunas cosas, como que Ezquerro no saliera en el equipo inicial y que termináramos con la delantera Belletti, Gudjohnsen (¡vaya tardecita, el pobre!) y Ezquerro. Al menos sabemos algo: que por mucha calidad que haya en nuestra plantilla (corta, en mi modesta opinión, tan denostada por quienes saben y pueden), no todo el mundo puede jugar de todo. Ni Iniesta es un buen extremo izquierdo ni Belletti es un gran extremo derecho. Ni Zambrotta, recién salido al campo y fresco como una rosa, puede sujetar a Ettien. Pulután, la mejor conclusión que he sacado del tal partido y después de ver una vez más al Werder Bremen, fácil, fácil, fácil... su victoria sobre el Hertha de Berlín que es una de las revelaciones de la temporada, es que ya tengo el equipo para enfrentarnos a los alemanes. A ver si Frank, que tantas muestras de desconcierto y nerviosismo me dio en Valencia, se pasa por aquí y toma notta:
Víctor Valdés
Oleguer, Puyol, Márquez, Gio
Motta
Xavi, Deco
Giuly, Gudjohnsen y Ronaldinho.

Positifo: el excelente partido de Deco ante el Levante, el mejor junto con Víctor Valdés. A Deco le ha costado adquirir la mejor forma tras el Mundial y la mala pretemporada, pero ahora vuelve a estar en un momento dulce. La competencia que se ha creado en el centro del campo, con la irrupción de Iniesta, es positiva para el equipo.

Nejatifo: que, con todas las combinaciones habidas y por haber, sigo viendo una defensa muy vulnerable, muy aculada, con un Puyol superpiscinero, unos laterales superados siempre...¡por los laterales del equipo contrario! Y un pivote defensivo (Edmilson, Motta), que no acaba de consolidarse a causa de las continuas rotaciones. Por suerte, la defensa del Werder Bremen, sin Baumann delante (o sea, su Motta), también padece lo suyo.

¡Bon dia, bona sort i bon viatge a Ítaca!