Morimos pero con estilo

Comentando todavía la resaca de Stamford Bridge y ante la perspectiva de visitar el Bernabeu, escribía yo el pasado viernes lo que paso a transcribir (podrías buscarlo en el post de ese día pero así te lo doy masticado): "Mientras el equipo no ponga la directa, blindaría más el eje defensivo. Quicir: puesto que (Rijkaard) no me va a poner a Puyol de lateral, haría Zambrotta-Thuram-Puyol-Gio o Silvinho, ¡y Márquez por delante de la defensa, coño!. Alguien dirá que no sacaremos el balón como dios manda. Pero, almas cándidas, ¿se trata ahora de sacar mejor el balón o de que no nos creen tantas ocasiones?".
Desgraciadamente, sacamos jugado el balón, podemos presumir de haber tenido más posesión y hasta, como dice el inefable Txiki, "el fútbol lo hemos puesto nosotros". Mientras sigamos tan apegados a esa ortodoxia de que sólo hay un fútbol verdadero, el del catecismo holandés del Dream team, y todo lo demás es herejía, la cagaremos. Todos los integrismos son malos y comprendo que en el entorno del Sumo Hacedor de Prodigios (SHP), se le tiene unas ganas terribles a ese genio del trinchante futbolístico que es Fabio Capello, sepulturero de una de las mejores épocas del barcelonismo.
Pero, menos fijarnos en lo que hacen los otros, menos descalificaciones al rival, menos lloriqueo reclamendo el subsidio arbitral (¡qué poco lloramos en San Mamés o con el Sevilla!) y más autocrítica. Como asume el propio Frank. Al fin y al cabo, cuando Dream team viajaba a Madrid, lo hacía con los dodotis puestos. Pulután, a nadie se le habrían caído los anillos por poner un pivote defensivo delante de una defensa que es presa de la inseguridad y en la que juegan tres distintos sobre cuatro en cada partido.
Otrosí: y si un día de estos, porque vienen el Chelsea o el Werder Bremen y nos jugamos algo más que el tipo, tenemos que echar mano de un 4-4-2, yo no me rasgaré las vestiduras.

Positifo: que lo sucedido esta semana, de forma tan prematura, nos pilla con amplio margen de recuperación. La visita del Chelsea la próxima semana, en un partido que puede tener una trascendencia incalculable, deberá servir para que la afición y el entorno cierren filas en una de las ya tradicionales noches mágicas del Camp Nou.

Nejatifo: que el experimento de los pitufos en el medio campo, una opción muy válida cuando el equipo esté en plena forma, fuera tan arriesgado en un partido como el del Bernabeu (y como consecuencia a la desesperada tras el fiasco de Stamford Bridge), en el que debieron hacerse los menos experimentos posibles.

¡Cony de tramuntana ara que anàvem tant be cap a Ítaca!