La felicidad es esto

Jugarán Drogba y Shevchenko. O a lo mejor no. Porque, después de dar una brillante charla táctica de cómo ha cambiado su equipo de un año para otro, José Mourinho se despedía de la prensa anglocatalana con un gesto de sorpresa: "¿No me preguntais por el equipo?". Realmente, cuando algunos de los asiduos de este blog reclaman que "hablemos de fútbol", a mi también me pilla un poco por sorpresa. ¿Nos interesa realmente el fútbol? Diría más ¿el Barça es fútbol? ¿es política? ¿es la passió d'un poble? ¿es más que un club...? ¿es la grada popular o es el palco rebosante de fantoches?. ¿Realmente nos importa el partido o es un simple pretexto para todo lo que viene antes y todo lo que nos permite discutir después?
A mi, que soy un maníaco del fútbol, me fascina la sola idea de pensar que entre el Barça y el Chelsea reunen 17 de los 50 aspirantes al Balón de Oro (más de la tercera parte) y que seguramente todos menos uno (Eto'o), van a poder jugar esta noche. Me traen sin cuidado esas chapas y esos oropeles, pero la cifra sí aporta un dato estadístico demoledor. Me excita el choque de culturas futbolísticas, las figuras de los entrenadores, dos estilos y personalidades antagónicos. Y la posibilidad de ademirar, de golpe (con la lamentable ausencia de Eto'o) a los mejores futbolistas de Europa, América y África. O sea, los mejores del mundo distribuídos en dos onces que se tienen ganas, entre los que ya ha surgido ese plus indispensable de la rivalidad. Es decir: un espectáculo único, irrepetible. Pueden y deben llegar partidos de mayor trascendencia a lo largo de la temporada, pero será casi imposible ver nuevamente a tantos jugadores excelentes reunidos en un mismo encuentro. Yo, que no tengo un duro, seré esta noche más rico que Roman Abramovich y más poderoso que Joseph Blatter: ochicientos millones de euros en futbolistas, van a jugar para mi. ¡Hacedme feliz, carajo!.

Positifo: que el Barça tenga mayor necesidad que el Chelsea de los puntos. No quiero decir que los blues se desentiendan del partido o que especulen con la posibilidad de un empate que les iría de perlas. Que el Barça tenga poco margen al error le obligará a jugar muy concentrado y debe sacar lo mejor de sus figuras, especialmente de Messi y Ronaldinho.

Nejatifo: la fama de equipo tramposo y auxiliado por las ayudas arbitrales que está cosechando el Barça por culpa de partidos como los de Bilbao o del Camp Nou ante el Sevilla y el Recreativo. Una fama que ayer se percibió en las preguntas de los periodistas ingleses a Rijkaard y que a muchos barcelonistas nos disgusta, porque queremos que los triunfos de nuestro equipo sean limpios e indiscutibles.

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