Veamos a Giuly, Oleguer y...Saviola

El fútbol es el deporte rey y lo demuestra incluso con partidos que normalmente deberían ser de relleno, como el Espanyol-Barça final de la Copa Catalunya, y que hoy adquiere un interés peculiar. A los pericos les podría servir de apósito para curar las heridas de la reciente Supercopa y del primer partido de Liga. Tienen un buen entrenador pero le han dado muy poca plantilla. Es como si te mandan al rally Acrópolis con un taxi. Este Espanyol es inferior a equipos como el propio Nàstic, el Getafe o el Levante, y lo veo peleando por no bajar con el Osasuna y el Recre. Pero eso, la Liga lo dirá.
¿El Barça? ¿Qué interés puede tener el aspirante a campeón del mundo en un torneo regional? Pues mucho, sí señor. Entre otras cosas, porque la gran competencia que este año se debe generar en la plantilla exigirá de hombres como Belletti, Oleguer, Motta, Giuly y Sylvinho, que se dejen la piel a la menor oportunidad, como la de esta noche. Y luego está lo de Saviola. Estoy convencido de que Rijkaard lo sacará de titular, pues de lo contrario parecería que lee a Cruyff para hacer el equipo. Tengo curiosidad por ver cómo reaccionará el público barcelonista presente en Girona y por ver cómo soporta el pibito la presión de la campaña mediática a la que está siendo sometido, y a la que él mismo ha dado pie al dejar su futuro en entredicho. ¿Quedará eclipsado por la magia del joven Giovanni? ¿Saldrá mal parado en la comparación con Ezquerro? ¿Será el artífice del segundo título del Barça en la temporada...? La respuesta, a media noche.

Positifo: el recuerdo de buen fútbol que nos ha dejado Giacinto Facchetti, que fue el jugador talismán del gran Helenio Herrera en el Inter, junto a Luis Suárez. Nos dice adiós un personaje ejemplar que jamás se ha contaminado en un fútbol, como el italiano, tan pródigo en sinvergüenzas. ¡Arrivederci, Cipelletti!

Nejatifo: que mi admirado José Mourinho haya frivolizado con el concepto de "esclavitud", para denunciar que Makelele, convocado por el seleccionador francés contra su voluntad, estaba siendo sometido a una especie de "esclavitud". La réplica de Lilian Thuram me ha parecido muy elegante y cargada de ironía: "Mourinho no debe saber qué es la esclavitud. En tal caso, hay que disculparle. Tal vez ha querido provocar pero no debió emplear ese término". ¡Chapeau!

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!