¡Vaya domingo de fútbol!

Mentiría (algo que repugna a un tipo honesto como yo), si dijera que el mejor partido que vi ayer es el Racing-Barça. Ese Racing, que no ha sabido reponer piezas como Benayoun, Regueiro y Aouate, y que por no tener no tiene ni un entrenador con cierta fiabilidad, no podía ser rival para el Barça. Y no lo fue: al primer susto que le dio Eto'o a su portero, el partido quedó visto para sentencia. Luego al Barça le entró una modorra comprensible, pues ni el rival ni el ambiente invitaban a que el campeón de Europa ofreciera un festival. Vendrán ocasiones más propicias. Suerte que, cuando se retiró Puyol, se produjo una cierta reacción y llegaron los goles en formidables acciones de dos hombres de refresco, Giuly y Gudjohnsen. ¿Se puede decir algo más del partido? Que el Barça lo ganó sin bajar del autocar: si a la pata coja ganas 0-3...¡Qué distinto a ese Madrid ramplón, aventajado practicante del antifútbol, llorón y pedigüeño, que sólo pudo ganar a la Real de falta inventada (¡vaya piscinazo de Guti!) y remató el partido cuando la Real jugaba con uno menos.
De todos modos, ayer hubo en Europa dos partidazos enormes, y los dos en Inglaterra. Gocé con ambos: con el golazo de Drogba en el Chelsea-Liverpool (1-0), y el de Adebayor, tras sublime jugada de Cesc, en el Manchester United-Arsenal (0-1). Me costaría decir cuál de los dos fue el mejor partido del domingo, porque el fútbol es una pasión global que no conoce fronteras.


Nejatifo: la obstinación de Messi en convertir cada una de sus acciones en la jugada del siglo, lo que le lleva a comportarse en el campo de un modo individualista, lo que le deja retratado frente al juego generoso y solidario de compañeros suyos como Ronaldinho y Eto'o, con una hoja de servicios incomparable a la suya. Giuly, en las últimas actuaciones, ha sido muy superior al pibe.

Positifo: que Rijkaard no se deja influir por quienes han convertido las mal llamadas rotaciones en un fin en si mismo (¡vaya estupidez!), y le emplazan a que deje fuera del equipo a Deco y a Eto'o, como si un equipo de fútbol fuera la cola de un supermercado.

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!