Once gasógenos

"¡Queremos once Gasoles!", pedía hoy Marca en su portada. Once gasógenos, la imagen más patética, más retrógrada y arcaica del fútbol. Deberíamos pedir una indemnización por daños y perjuicios, convertirnos en objetores fiscales: esa selección, que nos representa tanto si queremos como si no, lesiona nuestra imagen, nuestra proyección exterior, rebaja nuestra autoestima. ¡Los niños que vienen en cayucos y pateras rechazarán la ciudadanía española, coño!Porque esa selección no se corresponde con el nivel del deporte del país (baloncesto, tenis, motos, ciclismo, fórmula 1...) ni siquiera refleja el nivel del propio fútbol español, con grandísimos equipos juveniles y que arrasa en este momento en la Europa de los clubs, con el campeón continental (Barça) y un Sevilla que se ha llevado los dos otros títulos. "Es que esos equipos -Barça y Sevilla- están llenos de extranjeros", te contestan rutinariamente los de siempre. No, hombre, no: lo que no tienen ni Barça ni Sevilla es un Raúl, un Michel Salgado, un Antonio López, un Pablo...Es verdad que ayer, hasta Xavi, Puyol, Cesc y Xavi Alonso, parecían tan malos como aquellos, por un simple efecto contagio. Y de Luis Aragonés, Mister Yo sigo, ¿qué se puede añadir? Empieza a inspirar compasión. Una situación y una imagen que él se ha buscado, que se ha ganado a peso por obstinarse en permanecer en el cargo tras el fracaso del Mundial. Fue un gran futbolista al que recuerdo con admiración en el Betis y el Atlético; fue un buen entrenador de club; fue solidario con los jugadores del Barça en el Motín del Hesperia. Es un buen hombre. Y aún está a tiempo de que se le recuerde sólo como un mal seleccionador. Porque si no tira la toalla, se le recordará como un hazmerreir. Y eso no es justo.

Positifo: la briosa reacción de la selección francesa, que era mi favorita para ganar el Mundial y que esta noche (3-1 a Italia), ha demostrado que no lo perdió por ser inferior en fútbol sino por las circunstancias excepcionales en que se desarrolló aquel partido, que sólo cedió a los penaltis.

Nejatifo: que Joan Laporta utilizará hoy al Barça para su promoción personal, sin haber pedido autorización a los socios para regalar la camiseta del club, tras someterles al chantaje emocional y demagógico de hacerles creer que así acabaremos con el hambre y las enfermedades de la población infantil de nuestro planeta.


¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!