Veo cosas que me inquietan

¡A por ellos! ¡A por el Chelsea, que no va a haber quién le pare el año que viene!. A mi, como nos pasa a todos los barcelonistas, me agrada ver el Mundial en clave de clubs: flipamos con un cuartito de hora de Messi, nos da por el saco que Riquelme y Saviola sean los mejores de Argentina (desagradecidos, qué manera de hacernos un feo), no sé si reir o llorar cuando veo que Larsson tira de Suecia y algo parecido me sucede con Cocu en la selección holandesa. Porque ¿son o no son nuestros? ¿es nuestro Simao, por poner otro ejemplo? Porque parece que hablas bien de Luis García o de Cesc y, como ya no son nuestros, muchos creen que lo haces para fastidiar. Como cuando alguien te pasa por la cara a Bogarde, Amunike o Christanval. Replico con Kodro, Prosinecki y Escaich, y ya la tenemos liada.
En fin, que me agrada ver el Mundial en clave de clubs. Y lo que veo del Chelsea, me pone los pelos de punta. Arrasa. Empecemos por Robben, el mejor en los dos partidos de Holanda; y luego vienen Makelele, Lampard y Essien, con una nominación cada uno. Datos objetivos, pues me refiero a las distinciones que hace la FIFA del jugador más destacado después de cada partido. Ayer, doblete: Ballack sale del anonimato y se casca el partido de su vida ante Ecuador y, si no querías caldo, por la noche Joe Cole te da la segunda taza ante Suecia.
¿Todo eso se consigue sólo con la pasta de Abramovich? Porque, que yo sepa, Ballack quedaba libre y, pulután, no debía ser tan caro. ¿No será que Frank Arnesen es un extraordinario secretario técnico? No tendría nada de raro puesto que lleva ya sus añitos de mili. Sin ir más lejos, él es quien llevó al PSV Eindhoven a un chavalín de apenas 17 años que se llamaba Ronaldo.
Es decir, que la próxima Copa de Europa va a tener mucho más mérito que la actual, porque tengo la impresión de que nos vamos a cruzar por el camino con ese pedazo de Chelsea que, a juzgar por el nivel que muestran sus jugadores en el Mundial, va a ser mucho más potente que el del año pasado. Aunque también podemos verle imperfecciones: Del Horno no jugará ya ni los amistosos; Gallas, Terry y Lampard, ayer hicieron más bien poca cosa; Drogba, muy bravo pero a casita; Crespo se les va y Shevchenko todavía no ha justificado el caché. Y encima, cuando quieran echar mano de Gudjohnsen como chico para todo, ¡coño!, se lo encontrarán en el equipo de enfrente.

Positifo: que en el Inglaterra-Suecia hayamos tenido ya un anticipo de lo que va a ser la competición a partir de octavos de final: desgarrada, a cara o cruz, con partidos a cuatro goles. Encima, marcaron Larsson y un nombre que yo propuse como posible sustituto de Larsson, Allback (una excentricidad de las mías, ya sabeis que también destaqué al mexicano Omar Bravo para tales menesteres).

Nejatifo: las contradicciones tan grandes que tenemos los barcelonistas, según en el punto en que cada uno se sitúe, como lo demuestra el debate sobre Xavi, De la Peña, Cesc...Jugadores que son o han sido nuestros, que nos han dado tardes de gloria (también a veces de pesadilla, pero ese es el juego), los pasamos a cuchillo sólo porque los fichó fulano, porque los hizo debutar mengano o porque los echó tal o cual presidente. Somos antropófagos. (Por cierto, para quienes sostienen que a De la Peña “lo echamos”, les recuerdo que lo traspasamos por 2.500 kilos de los de entonces y que a los tres años, Gaspart le dio una segunda oportunidad en el Barça, aunque esa antropofagia a la que me refería, nos hace reinterpretar la historia a nuestra conveniencia).

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!