Oigo patria tu aflicción

El astifino berrendo de Osborne parece hoy una vaca de ordeño. La furia es mansedumbre; la gallardía, humildad. ¡Qué aflicción en la Plaza Roja! ¡Qué decepción en Colón!. Con la misma celeridad con que se van a desmontar las pantallas gigantes que congregaban a la infeliz hinchada, terminará como el rosario de la aurora este montaje en torno a la selección española, cortejada obscenamente por dos cadenas de televisión que han convocado a esta orgía de fútbol lo que no era sino una guerra de intereses. Y con un trasfondo de manipulación sentimental, porque tras la movilización de adhesión a un equipo, había el deseo inconfesado de vertebrar un país alrededor de un balón.
Se dirá que quienes menos legitimados están para discutir esa situación es quienes tienen una erección cada vez que ven a un jugador del Barça llevando una bandera estelada o a uno mexicano o africano gritando ¡Visca Catalunya!. La diferencia está en que muchos seguidores del Barça -no todos, por supuesto- carecen de una selección nacional en la que sentirse representados. Y la similitud está en que, si bien el Barça ejerce la función sustitutoria de esa selección, a España se le querido atribuir el papel que durante muchos años ha representado el Real Madrid, hoy un símbolo decrépito y en decadencia.

Positifo: que la renovación y ampliación de contrato de Rafa Márquez garantice la continuidad del núcleo del Barça ganador hasta el 2010, al sumarse su renovación a las de Ronaldinho, Eto'o, Messi, Xavi, Puyol, Víctor Valdés, Iniesta y Deco.

Nejatifo: la escabechina de mundialistas del Barça en los octavos de final, pues los diez superaron la primera fase y sólo tres (Messi, Ronaldinho y Deco), han pasado a cuartos.

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!