El Mundial de todo el mundo

¿Puedo sentirme no representado en el Mundial, por el hecho de que Catalunya no tenga una selección propia? Por supuesto que no: siempre he tomado partido en los Mundiales y, aunque el fútbol que a mi me gusta es el de clubs, entiendo también que existen poderosas razones para la existencia de las selecciones y, en consecuencia, del Mundial. Los futbolistas se han convertido en una materia prima muy cotizada pero los países productores (básicamente los africanos y latinoamericanos), no pueden explotar sus propios recursos: difícilmente encontraríamos en Costa de Marfil o Ghana un equipo, un club, capaz de equipararse con los europeos que entran en la Liga de Campeones. Y hasta países que contaron con gradísimos clubs, como Argentina, Brasil y Uruguay, asisten a la decadencia de su fútbol doméstico mientras nutren a Europa de jugadores nuevos ídolos. Con lamentables excepciones, como la de Samuel Eto'o, el país de origen va a reunir a las grandes estrellas con las que uno se puede identificar sin ser compatriota. Por eso yo siempre me he sentido representado en los Mundiales, ya sea por Holanda, por Argentina, por Costa de Marfil o por Australia. No me pongo la mano en el corazón cuando suena el himno de esos países (me sobra la parafernalia de himnos, desfiles y banderas), pero comparto el carácter transversal de las selecciones: lo mismo que los niños alemanes o japoneses pueden ser fans de Argentina porque es el equipo de Messi, debe entenderse que los barcelonistas se sientan partícipes de los éxitos de sus jugadores, distribuídos en siete selecciones diferentes. Aunque desde el punto de vista jocoso ya hicimos el debut ayer, representados por Polonia...y perdimos. Hoy haremos el debut efectivo, con la Suecia de Henrik Larsson y la Argentina de Saviola y Messi...Y así, hasta el 9 de julio.


Positifo: que, por una vez y sin que sirva de precedente, el parsimonioso Txiki Begiristain saliera al paso de una estúpida especulación, la de un posible trueque Lampard-Deco. Los culebrones, como los incendios forestales, deben atajarse antes de que se conviertan en incontrolables.

Nejatifo: los atropellos cometidos por la directiva de Tachito con las entradas de la final de la Liga de Campeones que debieron ir a los socios y fueron desviadas por intereses particulares. Las escandalosas cifras cuentan con el aval de un ex candidato a la presidencia, Josep Maria Minguella, que las presentó acompañado de otros destacados barcelonistas.

¡Bona nit, bona sort i Visca el Barça!