¡Ché, qué barbaro!

¡Qué manera de jugar al fútbol! Los aplanaron a los serbios. Hasta Riquelme parecía tener algo más que horchata por las venas. Fenómeno Sorín, colosal Maxi Rodríguez (¡y el Espanyol buscándole sustituto por segundo año consecutivo!), efectivo Cambiasso (¿entrará en alguna candidatura del Madrid?) y listo Saviola: fundamental en los tres primeros goles y autor del pase de otro (anulado injustamente), un pase de fábula a Valdanito Crespo. Por entonces, con el 3-0 del primer tiempo, Argentina mandó a la vieja usanza: fijando los límites de su territorio con el juego viril de Ayala, Mascherano, Burdisso, Heinze...La Argentina que no se achanta, que prueba el nivel de permisividad del árbitro, que saca de quicio a jugadores como Kezman y Milosevic.
Pivotaba en torno a Riquelme, que precisa que le den el equipo (como en Boca, como en Villarreal, algo que exigiría cambiarle el ADN al Barça, en cambio). Pero el festival estaba por llegar. Y el festival se llama Carlitos Tévez y Lionel Messi. Aparecer ellos en el campo y se iluminó el Mundial. Es verdad que ya los serbios jugaban con diez. Pero ni con quince. Los destrozaron por el medio, por el costado izquierdo, con cambios de ritmo, haciendo ellos la pared mientras los otros hacían la estatua. Messi dio a Crespo el gol que antes le habían robado al todavía jugador del Chelsea. Luego, el Apache anotó otro en jugada sensacional. Seguro que si Abramovich lo vio desde uno de sus yates, Carlitos será del Chelsea antes de que acabe el Mundial. Y faltaba la guinda con el gol de Messi para demostrar que un cuarto de hora de partido se puede ser el mejor. Cuando se posee ese demoledor repisse, habilidad, picardía y ganas infinitas, el triunfo está garantizado. Hago un paralelismo con Xavi: lo mismo que éste con la selección española, donde puede resarcirse de una temporada personalmente aciaga (y lo está consiguiendo), Messi tiene en Alemania la plataforma para compensar un último tercio de temporada poco agredecido para él. Hoy ha despegado por todo lo alto. ¡Qué no pare esta bendita locura!.

Positifo: El buen nivel goleador del Mundial y los pocos empates que se registran, en relación con otros anteriores. Hasta los partidos que deberían ser intrascendentes, como el Argentina-Holanda, ahora cobran un gran interés por tener el primer puesto del grupo, lo mismo que el Inglaterra-Ecuador.

Nejatifo: Que Ronaldo siga acaparando el máximo interés de la selección brasileña, y eclipsando a otros jugadores como Ronaldinho y Kaká, por sus problemas extradeportivos, cuando la realidad es que se ha convertido en un peso muerto para su selección e incluso su país.

¡Bona tarde, bona sort i Visca el Barça (i Argentina i Holanda...i Ecuador)!