¡Qué buena es la hierba buena!

¿No creeis que ya va siendo hora de que reconozcamos la mano de Johan Cruyff en los éxitos del Barça? El año pasado, cuando se dirigió desde el césped del Camp Nou a la muchedumbre, Tachito tuvo palabras de gratitud para el Gran Johan, y aquello resultó enigmático para unos, desconcertante para otros, esclarecedor para los más. Por fin alguien se refería al Gran Hermano, al Amigo invisible. Aunque su natural modestia le impida reconocerlo, él recomendó a Frank Rijkaard, piedra angular en este proyecto sobre la que se edifican los éxitos. Era la segunda vez que lo recomendaba: la primera fue, a través de Gabriel Masfurroll, cuando Joan Gaspart, el Bendito seas, reunió a sus vicepresidentes para pedirles opinión: Ángel Fernández no quiso participar en el paripé; Joan Closa propuso a Carlos Bianchi y Masfurroll a Frank Rijkaard, como el propio Masfurroll acaba de admitir en un artículo de su propio puño y letra firmado en El País. Por suerte, Gaspart ya había decidido que el entrenador del Barça sería Louis van Gaal. Y digo por suerte porque de tal modo evitó llevar a Rijkaard al holocausto que significaba aquel Barça en guerra civil, con La Caixa pretendiendo apoderarse del club, Convergència lo mismo ante la inminencia de la pérdida de la Generalitat (en realidad fue un político convergente, Josep Maldonado, el ejecutor de Gaspart), los grandes grupos mediáticos posicionándose ante las elecciones y haciendo leña del árbol caído...¿Os imaginais a Frank Rijkaard en ese clima, ni siquiera ganando los diez partidos consecutivos de Liga de Campeones que ganaron entre Van Gaal y Antic? ¿Os lo imaginais con Gaspart primero, Reyna después, y Trayter para finalizar, como presidentes? Por suerte, digo, la primera recomendación indirecta del Gran Johan cayó en saco roto. La segunda fue la buena. Buena, buena, como la hierba buena (que no se debe confundir con la mala hierba, que en el Barça siempre ha encontrado un terreno rico en nutrientes).

Positifo: que el Barça, a falta de dos partidos, está a sólo tres puntos de batir todos los registros de puntuación en la Liga (aplicando la conversión de los tres puntos por partido ganado a las ligas anteriores a 1993).

Nejatifo: que la fiesta del Camp Nou dejó frustrada a mucha gente, sobre todo la chiquillería y los barcelonistas de fuera de la capital que hoy no podrán volver por la rúa. La fiesta en la zona VIP, en cambio duró hasta la madrugada, lo que revela claramente la orientación elitista y antipopular que está tomando el club. Orientación que también se advierte en la distribución de las entradas para la final.

¡Bon dia, bona sort i visca el Barça!