La Champions de Sandro

Escribo con la entrevista de Mònica Terribas (mi ídola) a Sandro Rosell aún en la retina. Casi como la de la madrugada anterior entre otros dos de mis más admirados personajes del mundo mediático: Buenafuente y Serrat. Ayer le dí un tirón de orejas a Sandro en Mundo Deportivo por jactarse de haber contribuído a engañar al sosi con el embolado electoral de Beckham y por haber puesto en bandeja de su amigo Florentino Pérez el fichaje-puñalada trapera de Figo (aunque entonces él obraba con la frialdad del ejecutivo de una multinacional). Hoy vuelvo a rendirme ante la capacidad de seducción de un personaje que podría ser la versión masculina de Madonna: morbo y glamour a grandes dosis. Su campaña de promoción del libro es un éxito: ha pasado ya por tres programas estelares, el de Buenafuente, el de Xavi Bosch y el de Mònica. Cada vez más seguro (¡la seguridad que da haber agotado la primera edición en tres días!), con un aplomo que empequeñece a sus adversarios, con unas dotes de persuasión que, perdonadme la comparación, Tachito ni ha soñado, y siempre desde un barcelonismo de incuestionable pedigrí. ¿Cómo puede haber barcelonistas que quisieran ver condenados al perpetuo silencio a los personajes más válidos de nuestra comunidad? ¿Hemos de ser un club de borregos? ¿Tanto pánico le tenemos a la verdad? ¿Tanto tienen que ocultar los líderes que nos gobiernan? ¿Tanto queremos que nos coman el tarro?

Positifo: el gran paso dado por el Sevilla en la Copa de la UEFA, lo que potencia el papel de nuestra liga (podría tener tres de los cuatro finalistas europeos) y, en consecuencia, valora más el título de campeón de Liga.

Nejatifo: que, de acuerdo con las denuncias formuladas no sólo por Sandro Rosell sino por las versiones más extendidas que circulan por el barcelonismo, la dos personas que toman las decisiones en el club, tanto en lo deportivo como en los instuticional, “están sin estar”. Y, como el hecho es tan notorio y de dominio público, evito citarlas, no por desdén sino por consideración a quienes deberían llevar las riendas del club y son simples hombres de paja.

¡Bona nit i Visca el Barça!