Gran Barça, penoso Madrid

Gran Barça, aún admitiendo que recibió la ayudita arbitral en el gol mal anulado a Shevchenko. Un Barça que por fin llega a una final de la Copa de Europa sin sufrir, sin colgarse de proezas como la que necesitó el Dream Team, con el gol de Bakero en Kaiserslautern, cuando ya teníamos un pie fuera; o como el impensable hat trick de Pichi Alonso para meternos en la final de Sevilla, a la que casi valía más no haber acudido. Esta vez, después de ganar en casa del Chelsea y del Milan, la presencia del Barça en la final no sólo es merecida y justa sino que es un regalo para la propia Liga de Campeones y para todos los amantes de este deporte. Después de superar dos finales anticipadas, ante Mourinho y Shevchenko, a la tercera va la vencida: Ronaldinho contra Thierry Henry. Este no será el partido del siglo sino el del nuevo milenio.
Y, como ya era imaginable, el Madrid es la principal víctima de los estragos colaterales causados por la eclosión Barça. Hace unas semanas, nuestros colegas madrileños se daban con un canto en los dientes con que FM (¿Funeraria Mandril?) les trajera a Benítez, Ancelotti, Wenger...Si hiciéramos una recopilación de prensa de este período, hallaríamos noticias como: "Mourinho no para de ofrecerse", "Koeman, va a ser que no"...¿Recuerdan los siete magníficos, los entrenadores que FM barajaba para el banquillo, sin decidirse? ¿Y la de jugadores que supuestamente perdían el trasero por ir al Madrid? ¿Qué ha sido de Diarra, Ibrahimovic, Henry, Cesc Fàbregas...? Parches, apósitos mediáticos con los que día a día se trataba de suturar una herida de difícil cicatrización.
Ahora, como el modelo por el que suspira lo tienen en el Camp Nou, buscarán por todos los medios una réplica de Laporta (Carlos Sainz), una de Rijkaard (¿Van Basten?) y una de Ronaldinho. ¿Réplica de Ronaldinho? ¿No habíamos quedado que aquel Robinho que encandiló en Cádiz era mucho mejor...? Si no fuera tan penoso, daría risa.

Positifo: el comportamiento del barcelonismo, dentro y fuera del campo, en la explosión de euforia sin extremismos que siguió a la clasificación para París.

Nejatifo: el mal perder de los italianos, que atribuyen al error del árbitro, cuando antes del descanso ya cometió otro0 error tan grave o más de no expulsar a Costacurta.

¡Bon jour, bonne sorte et Vive le Barça!