La noche de los espíritus

El brazo incorrupto de Santa Teresa debió guiar el brazo corrupto del juez de línea que señaló fuera de juego de Ewerthon en el gol del Zaragoza. El ya imposible 5-7 se quedó en un amenazador 5-6, que pendió sobre la cabeza de los maños hasta el final del partido. La suerte que tuvieron en forma de arbitraje harto discutible en el Camp Nou, tomaba los derroteros históricos que han convertido el Bernabeu en una fortaleza. En esa jugada, casi un instante, apenas nada en la vorágine de una noche mágica de fútbol, yo percibí el espíritu de Guruceta sobrevolando la Castellana. Porque ahí olía a muerto: la exhumación del espíritu de Juanito, un ritual macabro al que recurre el madridismo como coartada de sus encerronas, había convertido el Bernabeu en un inmenso tanatorio. Pero los jugadores del Madrid se dejaron la piel y, nobleza obliga, merecieron el mismo aplauso que su público dedicó aquella inmensa noche del 0-3 a Ronaldinho. Porque murieron, sí, pero con las botas puestas.

Positifo: que la Copa del Rey vuelva a manos de equipos como el Zaragoza y Depor o Espanyol, de clase media alta, que siempre deberían ser (como Athletic, Real Sociedad, Sevilla...), los principales aspirantes a este trofeo de segundo nivel.

Nejatifo: las grotescas imágenes ofrecidas por Força Barça en Citytv (hoy se repetirán), que gravaron a Tachito Laporta en un pesebre de Betandwin, dedicando los mejores años de su vida a la representación institucional del Barça. Y ya sé que alguien quedará más ofendido por esta crítica mía que por el comportamiento inadmisible del presidente que un día se bajó los pantalones en el aeropuerto para desbloquear una situación.