Esto es una montaña rusa

La temporada ha entrado en un tobogán: esta semana estás arriba, eres mahoma y a la siguiente eres una caricatura satánica. Sólo la realidad de nuestro mundo cada vez más radicalizado, supera en gilipollez al fútbol (y sé de lo que hablo porque de fútbol algo tengo escrito y, de lo otro, me pilló la bomba del Papus, de cuerpo presente, como aquel que dice). Ya hay quien cree que Mourinho se tambalea y sólo hace cuatro días no faltaban quienes consideraban a López Caro, por once partidos, mejor entrenador que Luxemburgo, con un curriculum que no te lo acabas ni en una calçotada. Para corroborar lo irracional que es esto del fútbol, basta con que los culés nos miremos al ombligo -algo a lo que, por otra parte, constituye una de nuestros pasatiempos predilectos- y nos preguntemos si no es paradójico que, la semana en la que acabamos de ser vapuleados en casa, venimos de ser eliminados en la Copa y padecemos un sarampión de bajas, se haya disparado nuestra moral. ¿Y todo por qué? Pues porque el Chelsea ha sido humillado a pies de Rochemback (el mejor del Boro) y Mendieta (el segundo mejor) y el Madrid lo fue en La Romareda, donde actuó como Don Limpio: ni rastro del 4-2 que nos habían endiñado a nosotros. Hoy, nuestros grandes adversarios nos han devuelto la moral. Hoy estamos en la cumbre de la montaña rusa. Mañana...terra mítica.

Positifo: Que el Barça jugará el próximo domingo contra el Betis a las seis de la tarde (si no hay marcha atrás), lo que puede proporcionar al régimen de Tachito Laporta la mejor entrada desde la ya legendaria noche del gazpacho.

Nejatifo: Que finalmente se confirmó la baja de Deco para Mestalla, lo que me reafirma en mi alineación (nada que ver con la que sacará Rijkaard, y uno de los dos se equivocará): Valdés -Gabri, Puyol, Márquez, Sylvinho- Edmilson, Van Bommel, Gio- Giuly, Larsson y Eto'o.

Me sumerjo en San Mamés. Luego -y durante- podemos comentar todo lo que se os ocurra.