Nuestro pelotazo

Donde ahora se erige el Miniestadi, levantaremos colmenas de pisos. Un estadio que sólo se utiliza (3.000 almas, a lo sumo), cada quince días, ahora será habitado diariamente, a menos que los pisos sean segundas residencias. Por fin el barcelonismo rentabilizará su patrimonio, aunque no sea como se proponía en el Pla Barça 2000, que implicaba no vender ni un palmo, sino proporcionando grandes beneficios a la industria inmobiliaria. Lo mismo que en Can Rigalt: los vecinos se oponían a que se hiciera una zona verde, con campos de fútbol y una seguna Masia para futbolistas, y ahora agachan las orejas y aceptan varios cientos de pisos, con la consiguiente congestión y barraquismo vertical. Claro que la teniente de alcalde de la oposición en l'Hospitalet es la hija de Jacint Borràs, enchufado por Laporta en el club en atención a los muchos méritos prestados en la oposición (pese a que iba en la candidatura de Bassat). ¿Qué le importan a Meritxell Borràs ahora los vecinos a los que entonces decía defender? Vamos a seguir vendiendo patrimonio para proporcionar negocio a terceros y para tapar los agujeros de una mala gestión. De una gestión incontrolada porque jamás habíamos tenido como órgano de control de la directiva una asamblea clandestina. Núñez nos dejó un jamón de jabugo y Laporta va cortando lonchas hasta ponerse, en sus propias palabras "como un bacó". Cuando empiece a verse el hueso, él ya habrá cumplido la promesa, no la de no vender ni un metro cuadrado de patrimonio sino la de pasar en el Barça los mejores años de su vida. Y, lo que nos quede, será un hermoso solar.

Positifo: que el maldito embrollo de las elecciones, en un club que siempre se ha proclamado esencialmente democrático, haya tenido que terminar en los tribunales y que quienes quieren que se cumplan los estatutos aparezcan ante la opinión pública como unos torracollons y quienes se aferran a la poltrona al más puro estilo bananero, sean los barcelonistas puros de corazón.

Nejatifo: Que nos toque en semifinales de la Copa del Rey el Zaragoza, con lo que ya tenemos que satisfacer otra venganza deportiva, lo mismo que ante el Chelsea. De momento, tanto el Zaragoza como el Chelsea (y el Celtic), son los equipos ante los que Rijkaard ha tenido que arrojar la toalla.

En Ítaca sólo especulan con el suelo los cíclopes