Aquí yace el derbi

La superioridad del Barça ha acabado por matar al derbi. Pensé que el equipo azulgrana subiría a Montjuïc -y así lo dije en una tertulia en Onda Cero- a redactar la fe de vida del Espanyol y lo que ha escrito es su certificado de defunción. Decanse en paz el derbi. De las nueve visitas del equipo azulgrana a su convecino en Montjuïc, sólo ha perdido en una. En Sarrià era otra cosa, en Sarrià quedó para siempre el score de 23 victorias del Espanyol, 20 empates y 20 derrotas. Por eso muchos barcelonistas se empeñaban en llamar al histórico recinto perico el Pequeño Bernabeu, donde mordía el polvo el Barça mientras que el Madrid iba a cortar el cupón. Por ello entre el barcelonismo se decorchó cava el 20 de septiembre de 1997, cuando la Goma-2 derrumbó aquella casa paterna blanquiazul. Desde entonces, se diga lo que se diga, ya no ha habido derbis como los de antes: Montjuïc es el Parnaso del Barça y el Calvario del Madrid.
Me ha gustado el Barça en un escenario inhóspito, pese a que algunos de sus jugadores -Ronaldinho el primero- se han inhibido más de lo permisible. Me ha gustado que saliera Motta (un monstruo, lo mismo que Deco) desde el comienzo, que reapareciera Van Bommel cuando le necesitábamos, que se echara mano de Larsson también a su debido tiempo.
Nuevamente el héroe de la noche para mi ha sido Frank Rijkaard frente a un Miguel Ángel
Lotina sobrevalorado (de buenas personas está lleno el Caprabo y no sentaría a ninguna de ellas en el banquillo del Almenar). Acertó al meter a Armando Sa pero falló al no contar con Ito como titular...y en no retirar antes a Luis García por Corominas. ¡Qué bien les habría venido el rifle Pandiani entre tanta escopeta de feria!.

Positifo: la remontada del Liverpool en la FA Cup (3-5 después de ir perdiendo 3-1). Me ha recordado el Liverpool de la final europea.

Nejatifo: los gritos racistas contra Kameni proferidos por su propio público. Y el imbécil disfrazado de barcelonista que ha saltado al campo.

A ver si el submarino amarillo recupera hoy el rumbo de Ítaca