Un partido político

Decía en estas mismas páginas mi amigo y colega Martí Perarnau que “alguien querría ver (en el partido del Bernabeu) un España-Catalunya”. Yo, querido Martí, esa pregunta ni me la planteo: cada vez que el Barça viaja al Bernabeu va a enfrentarse a España. No en el sentido literal pero sí en el simbólico, aunque los símbolos nunca abarcan la totalidad del concepto que representan. Está claro que no va a jugar toda Catalunya (hay otros equipos y otros aficionados en nuestra nación que no se sienten representados por el Barça), ni toda España, por más que el equipo de Florentino Pérez, como él presume, es una marca registrada ampliamente conocida en todo el mundo. Pero el tratamiento que la propia prensa del Madrid da a uno y otro equipo, me reafirma en esa idea. Cada vez que el Barça visita al Madrid, la Brunete mediática toca a rebato. Unos medios de comunicación (prensa, TV, radios, webs…) que durante todo el año presumen de neutrales, de peninsulares, de nacionales, llega este partido y se quitan caretas y pasamontañas para ponerse el bombín del castizo merengón. Fuera banderas de conveniencia bajo las que esconden todo el año su madridismo el que dice ser colchonero, quien va del Racing o el bético de toda la vida. Viene el Barça y hay que movilizarse, hay que arrimar el hombro. Hay que hacer piña. Ya sé que después somos nosotros quienes politizamos porque estamos con el Estatut, como estuvimos contra la guerra o contra el chapapote o porque estamos a favor de nuestra lengua (aunque no con el bárbaro Joel Juan). A mi, para qué voy a negarlo, ya me gusta que llegado este partido aflore toda la carga política que impregnan al Madrid y al Barça. Fuerzas e ideas políticas antagónicas que pueden reflejarse en un recibimiento cargado de hostilidad hacia el equipo que va a representar (aunque no a toda) a Catalunya.
Pero, eso sí, tras un recibimiento furibundo, como el que le hacían a Luis Enrique, que luego podamos ver el fútbol que se espera de dos de los mejores equipos del mundo. Si no, me cago en la política y en todo lo demás.

Positifo: que al final Ronaldo esté en condiciones, aunque no sean las óptimas, de enfrentarse al Barça.

Nejatifo: las declaraciones despectivas de Ronaldo hacia Eto’o, peor aún si cabe que las de Helguera.


Ha habido rotaciones en la Ser: no estará Alfredo Relaño ante un servidor esta mañana a las diez, sino ¡agárrate!, Tomás Guasch en persona. ¡Que La Moreneta i Santa Maria d’Almenar acudan en mi auxilio y les prometo unas oraciones camino de Ítaca!