La chica de Ipanema

Como la lluvia fina pero persistente, la idea de que en el Barça existen demasiados brasileños empieza a calar entre la afición. No pasa semana sin que el ángel exterminador señale la puerta de un brasileño: Belletti, Edmílson, Ronaldinho, ahora Deco ¡hasta Deco, no hay respeto ni gratitud para nadie!...Por una u otra razón, todos parecen estar perseguidos por una maldición común que, al singularizarse en su colectivo, sugiere tenebrosas fobias de carácter étnico. Hasta las crónicas se han apresurado a subrayar de una manera que no deje lugar a dudas, que la nueva estrella juvenil del Barça, Giovanni dos Santos, hijo de un ex futbolista llamado Zizinho, es mexicano. Parece como si el enamoramiento entre el Barça y Brasil hubiera entrado en una fase de tibieza...la que en toda pareja precede a la ruptura. Paralelamente, el madridismo vive un amor volcánico con su peña carioca. Una cosa es que rompamos con la chica de Ipanema -que ya hay que ser imbécil, válgame Dios- pero si encima la chica toma el Puente Aéreo, no puedo evitar sentir sobre mi testa el peso de una soberbia cornamenta.

Nejatifo: que Laporta equipare sin rubor "el caso Messi" con "el caso Di Stéfano". Burda maniobra propia de un antidemócrata, demagogo e indocumentado. Con Di Stéfano, el franquismo (cuya memoria perpetúa A. Echevarría, directivo colado por Laporta mediante una mentira a la Asamblea), cometió un atropello en contra del Barça. Con Messi, cualquier club que crea que se ha cometido una cacicada en favor del Barça, dada su situación de prepotencia en la Federación de Villar, está legitimado para reclamar. Lo que antes era una Dictadura, ahora está amparado por un Estado de Derecho. Sólo quien finge emocionarse evocando una historia que manipula, podría hallar semejanzas entre ambas situaciones.

Positifo: que Gabri y Motta empiecen la enésima, y esperemos que última y por lo tanto definitiva, fase de su recuperación. ¡Benvinguts, nanos!

Ipanema, Stan Getz, Astrud Gilberto la “i” de Ítaca.