El Barça y para de contar

Mis presagios sobre lo que les esperaba a los equipos españoles en Europa, se quedaron cortos. Lo que había sucedido en la Intertoto con Athletic, Valencia y Depor no fue un mal momento pasajero sino una caída colectiva de esas que marcan tendencia. Tras la primera jornada de la Champions, sólo el Barça ha sido capaz de ganar. Algo que contrasta con los resultadistas italianos (cuatro partidos, cuatro victorias) y los ingleses (tres victorias y un empate). A escala internacional, estamos al nivel de los alemanes, que llevan tiempo sin ser gran cosa, aunque no olvido aquella Copa de Europa que el Bayern ganó al Valencia a los penaltis.
¿Qué les pasa a los equipos grandes españoles? Pues que el único que hace las cosas bien -y no todas- es el Barça. El Madrid ficha presionado por la prensa, por los patrocionadores, por los malos resultados y por la acuciante necesidad de recuperar la hegemonía perdida frente al Barça. Valencia, Depor, Atlético de Madrid y los equipos vascos, ni se enteran de qué va la película. Betis y Villarreal carecen de experiencia internacional y de poderío para diversificarse en dos frentes tan importantes, Liga y Liga de Campeones.
En fin, la Federación y la Liga de Fútbol Profesional son refugio de incapaces y vanidosos, que ya sólo buscan el lucro personal, mantenerse a toda costa en el machito y les importa un bledo si su gestión es nefasta, que lo es, para el fútbol al que dicen defender, amar y proteger.
Por lo tanto, no me extraña que sigamos siendo los vendimiadores de Europa.

Positifo: que el Barça, sin hacer un partido brillante y beneficiándose de un penalti que no lo era, haya empezado la liguilla con un dulce resultado. Hace un año empezamos en Milan con lo que muchos consideraron una dulce derrota: se jugó bien y se perdió mal. Yo recordaba esta noche en la tertulia de RAC1 que desde adolescente -fijaos si hace años de ello-, había oído hablar de lo bien que jugó el Barça en la final de Berna contra el Benfica (partido que vi por televisión, en blanco y negro, en los Maristas de San Vicente de Paúl, de Zaragoza, hoy dependencias del gobierno autonómico). Pero la Copa se la dieron a los portugueses. Ahora, tampoco hay que extasiarse en la dicha de haber ganado en Alemania: somos segundos de grupo y sería horrible no quitarle el liderato al Udinese, para no vernos en octavos de final sin la ventaja de campo y teniendo que enfrentarnos a alguno de los monstruos de la competición (o sea, Chelsea, o Liverpool, Juve o Bayern, Milan e Inter).

Nejatifo: que Messi pueda ser (a efectos futbolísticos) ciudadano europeo de pleno derecho mientras aquí es español de segunda. ¿Quién es el majadero que dice que eso se hace para defender el fútbol? Es como aquellos sádicos que le pegan una paliza a un pobre infeliz y le dicen: "Esto lo hago por tu bien".

En Ítaca, cada día hay partidos de Champions