¡Échale narices, Rijkaard!

Rijkaad hizo ante el Valencia lo que hacen los entrenadores valientes, los que tienen criterio, los que no se dejan cohibir por lo que digan las vacas sagradas de la prensa, los que aguantan con firmeza los silbidos de la grada. Él tenía un equipo, que además realizó un buen primer tiempo en el Manzanares (parcial de 0-1) y lo repitió ante el Valencia con idéntico resultado (parcial de 1-0 en el primer tiempo). Hasta ahí, todo perfecto y un partido casi calcado del otro. Pero, transcurridos 45 minutos, ya se debe adoptar otra actitud, no digo defensiva pero sí de réplica a la agresividad de un contrario que no se conforma con perder, que te presiona hasta al portero (de ahí el fallo de Valdés) y que físicamente está más entero, porque juega menos competiciones este año. De nuevo nos encontramos ante el gran problema de esta temporada: mover el banquillo sí, pero ¿cómo?. Esta vez, Giuly era quien estaba jugando mejor, casi el único, por lo que no podía utilizarse como recurso…Y esta vez –ya sé que me llamareis oportunista, lo acepto- habría ido bien Van Bommel en una más que previsible fase final de cerco y bombardeo al área de Cañete.
¿Qué haría yo hoy mismo si fuera Frank Rijkaard? Lo que he dicho hace una hora en el programa de Jordi Basté en RAC1: “Usted, Ronaldinho, y usted, Xavi, pónganse el peto de los suplentes?". Los interesados mirarían al entrenador como Figo a Luxemburgo: "¿Y eso, mister?". "Es que en el campo del Betis haré rotaciones”. Y, dirigiéndome a otros dos jugadores, lo mismo: “Usted, Van Bommel, y usted, Ezquerro, quiero verles entrenar a tope hoy y mañana, y ante el Betis serán titulares, puesto que voy a hacer rotaciones”. Odio la palabra rotaciones –me suena a eructo-, pero la prefiero como eufemismo a eso de “pagar los platos rotos”. Y la responsabilidad del entrenador no es sólo la de convertirse en la Madre Teresa de Calcuta, una benefactora para sus jugadores, sino la de pensar por encima de cualquier otra persona o cosa, en la afición que es la que acaba de triplicarle el sueldo, por ser un entrenador tan fashion.


Nejatifo: que en plena fiebre de renovaciones que ha atacado a Laporta como si fuera el mosquito tigre (¿lo habrá traído él de China a Sant Cugat?¿se le veían picotazos el día en que se bajó los pantalones...?), lo único que no se ha renovado es el juego del equipo, ramplón, sin ideas, sin ganas, sin trempera...la autocrítica no se pregona, como hace Rijkaard, sino que se ejerce.


Positifo: que el fallo de Víctor Valdés ante el Valencia servirá para curtirle ante un público specializado en crear inseguridad y cargarse a los porteros propios, que tuvieron que aguantar lo suyo. Primeras figuras mundiales como Zubizarreta, Vítor Baía, Rüstü o el supercampeón europeo Pepe Reina, saben lo que es vivir bajo los palos del Camp Nou.


Sempre tindràs un plat a la taula a Ítaca, Víctor!