¿Un punto no es un punto?

Lo peor de empezar la Liga con un empate a cero en el campo de un recién ascendido no es que te hayas dejado dos puntos en un escenario propicio sino que te influya en la moral. Que arroje dudas sobre algunos jugadores (Edmílson, Belletti, Oleguer, Larsson...), que cree desconfianza en el entrenador (esos movimientos desquiciantes de Eto'o, esas permutas sin sentido, esa alineación inicial discutible, esos cambios inexplicables...). Porque el Barça no jugó mal: ¿cómo puede decirse que ha jugado mal un equipo que crea al menos nueve ocasiones de gol en
campo contrario y ante un rival encerrado en su área? Pero como opinamos, escribimos, pensamos y sentimos en función del resultado (aunque nos repugna que nos llamen resultadistas), un empate a cero nos deja hechos polvo. Y, dado que nuestro daño es de carácter psicológico, podría agrandarse o aliviarse en función de lo que hoy haga el Madrid en
Cádiz: si los galácticos ganan, van a ponernos de los nervios. Si empatan, nos consolaremos mirando la clasificación. Y, si pierden, nuestro empate en Mendizorroza nos sabrá a gloria.
Así es que, menos cabreos, menos mala uva, más autoestima y más confianza. Y la que alguno puede haber perdido en su equipo, que la deposite en el Cádiz, carajo.

Nejatifo: que el desplazamiento de Oleguer al lateral pueda obedecer a una decisión política de Rijkaard (es una malévola especulación), para hacerle un hueco en el medio de la defensa a Márquez y así no dejar ni al mexicano ni a Edmílson fuera de la alineación. Sigo teniendo curiosidad por ver cómo administra Rijaard una plantilla tan amplia.

Positifo: que mi amigo Van Gaal y mi admirado Mourinho, discípulo suyo y de Bobby Robson, sean líderes en Holanda e Inglaterra con unos números de escándalo: todos los partidos ganados (3 el AZ y 4 el Chelsea), con unas cifras de goles a favor y en contra del 10-1 y 8-0, respectivamente. Ya vendrán los malos momentos y, a la espera de ellos, siempre habrá quien diga de Mourinho que así, cualquiera, con un equipo hecho a golpe de talonario. Van Gaal, en cambio, cuenta con el Alavés de la Eredivise (pero tranquis: también caerá). Ítem más celebro los éxitos europeos de Reina, Zenden y Luis García así como la segunda juventud de Bonano.

L'himne nacional de Ítaca també serà la Estaca (com ho és del sindicat Solidarnosc, els polacos autèntics)