Enfócate el ventilador, Jan

Penosa es la imagen que sigue dando Jan Laporta cada vez que abre la boca para escupir sobre los directivos disidentes. Ayer lo hizo en TV3, poco antes de postrarse ante la virgen de Montserrat, supongo que para pedirle auxilio espiritual y perdón por sus pecados. Entre ellos, los de insinuar tramas y complots, cuando él no aceptó ¡por tres veces! el veredicto de las urnas (elecciones con Ángel Fernández, moción de censura y elecciones con Bassat). El daño que Laporta hace a la imagen institucional de la presidencia, al no estar a la altura del cargo, prueba que está ahí sólo para satisfacer sus ambiciones y para someterse a la influencia de dos personajes que no fueron votados, Johan Cruyff y su cuñado.
Por la noche, en BTV, el ínclito Ferran Soriano siguió echando porquería sobre sus compañeros dimisionarios. Criticaban a los directivos de Núñez tildándoles de dóciles y palmeros, y ellos han fulminado al que se atrave a abrir la boca. Sigamos. Oyendo a Soriano me explico perfectamente por qué los chinos no se fían de él ni un pelo. En un alarde de perspicacia llegó a decir que él interpreta las dimisiones “en clave electoral”, que le parece muy lícita –dijo- “pero no desde dentro de la junta”. Pero, ¿hombre de Dios? ¿qué no ve que le van a nombrar persona non grata en Shangai? ¿cómo alguien que ha hecho la fortuna con la burbuja tecnológica ignora que internet también llega a China? Los chinos saben que si Bartomeu hubiera seguido en el básquet, también lo habrían hecho Pesic y Maceiras y la temporada habría sido otra. Los chinos no ignoran las interferencias que desde el primer día tuvo Monés –como él mismo denunció- en el tema médico, que era el de su incumbencia. Los chinos saben que a Moix, responsable del área patrimonial, se le tuvo al margen del descabellado proyecto de hacer de Montjuïc la montaña azulgrana, entre otros. Y, lo mismo en China que en Taipeh, saben que Sandro Rosell lleva meses marginado del que es su ámbito competencial: por suerte para él, no intervino en los fichajes de invierno ni en los dos que ya se han hecho esta temporada.
El tema, de verdad que me aburre por la escasa talla que demuestran estos individuos, como un presidente llamando gurús a colegas de la prensa (¿cuáles? ¿los que no escriben a su dictado? ¿los que no se adocenan a imponer un pensamiento único? ¿le ha dado por las minorías? ¿estamos ante un genocida en potencia?). Yo me permito llamarle sátrapa al que espero no ver más con la bufanda que copió de Sandro Rosell, porque ni vistiendo tiene la personalidad ni la talla que se le supone a un presidente del Barça, de los que él en ocasiones ha citado como modelos a los que le gustaría parecerse. De momento, sólo supera a Gaspart y por los pelos.

Positifo: Francesc Rosés entró a trabajar en el periodismo deportivo en el diario Tele/eXpres, siendo un servidor el redactor jefe de Deportes, el año que James Hunt, con Mclaren, ganó el Mundial de F-1, y Paco me animó a ir a ver una carrera, la de Silverstone, inolvidable para mi. Tendrá sus manías, como todo el mundo, pero pocos periodistas conocen y viven tan a fondo su oficio. Además, en una entrevista que le hicieron en un diario de Girona, su ciudad, recordó con gratitud sus comienzos a mi lado.
Nejatifo: que la espléndida administración del club, la del déficit cero y de los 200 millones de ingresos, tiene trampa, como deduje del cruce de explicaciones entre Jordi Majó y Evarist Murtra ayer en BTV. Resulta que el 80% de los ingresos procede del contrato de TV que firmó Núñez, más el 40% de las subidas de abonos (gracias a que en tiempos de Núñez eran los más baratos de Europa) y más las operaciones sient lliure, idea de Núñez (que ahora tiene una gran acogida porque es la forma de que muchos socios puedan pagarse el abono, a base de venderlo durante la mitad de la temporada). También va muy bien el merchandissing, aunque la camiseta que se sigue viendo más es la del Centenari. Por cierto que Majó dijo que la temporada se cerrará con un déficit entre 8 y 15 millones de euros. Eso no lo dice él, sino un servidor: van como locos intentando venderse Can Rigalt por 30 millones de euros...¡Y las empresas Núñez y Navarro podrían acudir al rescate!


Nota: esto que he hecho es muy antiperiodístico, pero os he puesto una pequeña trampa para ver cuántos de vosotros llegabais hasta esa sensacional noticia no confirmada de la última línea.

¡El que vaya a Ítaca en clave electoral, que se tire por la borda!