Caín era del Barça

Cuando oigo que sale un nuevo libro sobre el Barça o de temática azulgrana, me pongo a temblar. ¿Contra quién estará escrito?, es lo primero que pienso. Porque el barcelonismo no disfruta si no es pasando a cuchillo su propia historia. Parece que no hay otra forma de escribirla más que mojando la pluma en la tinta del resentimiento. Y pondré varios ejemplos.
Asistí el jueves a un debate muy concurrido organizado por la Penya Barcelonista de Granollers sobre las secciones del Barça. Y me dí cuenta de que a Pesic se le recuerda más como el entrenador que no supo retener a Jasikevicius (tras un drástico recorte de presupuesto) que por haber sido el primero y único en ganar la Euroliga para el club azulgrana, en una apoteósica temporada en la que el Palau conquistó la triple corona del baloncesto.
Acaba de salir un libro sobre el nuevo régimen del Barça, del que no he podido terminar ni el prólogo para no ponerme enfermo. A Van Gaal se le recuerda como el exterminador de la cantera (ya saben: “tu no tienes ritmo”, a Óscar García, que se ha arrastrado de fracaso en fracaso, por no decir otra cosa). Ni se menciona que el tirano holandés ganó nada más llegar el único doblete desde Helenio Herrera –Liga y Copa- ni que encadenó dos ligas consecutivas de calle sin que los madridistas puedan decir que nos las regalaron el Tenerife ni el Valencia. Ni se le recuerda por haber promocionado al primer equipo a Xavi, Puyol, Gabri, Valdés, Oleguer o Iniesta, porque ¡pobres de ellos si se atreven a mostrarse públicamente agradecidos con el cabeza de ladrillo!
También Enric Masip, el gran capitán del dream team de balonmano, ha escrito un libro que todavía no he comprado. Pero ya sé que lo más jugoso es que pone a parir a Valero Rivera del que ahora hemos sabido que evitaba que sus jugadores deambularan bajo un sol de justicia por el Trofeo Godó de tenis o les hacía entrenarse apenas terminado el banquete de bodas de Iñaki Urdangarín. ¡Qué cabroncete el tío! ¡Así, cualquiera gana setenta grandes títulos!.
En fin, yo mismo no escapo a tan mezquina inclinación y admito que tengo una fijación con algunos personajes de la historia más reciente del club a los que considero el cáncer del Barça. Pero, ¡coño!, es que yo también soy barcelonista.

Nota.- No olvido todos los temas prometidos (cómo eché a Núñez, etcétera. Pero la actualidad es lo primero).
Me tomo dos días sabáticos de blog pero os animo a que sigais enriqueciendo su pluralidad con vuestros interesantes puntos de vista.

¡Bona Diada de Sant Jordi a tothom!